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PUJOLS SE
Natura morta (1966), óleo de Josep Roca-Sastre
42 LA VANGUARDIA C U L T U R A SÁBADO, 4 DICIEMBRE 2004
GALERÍAS DE BARCELONA w w Inauguraciones recientes
Diálogos entre Miró y Picasso y homenaje a Josep Roca-Sastre
ANTON M. ESPADALER
Con Pujols
No puede decirse que la posteridad haya sido indulgente con un personaje en su momento tan imprescindible como Francesc Pujols. Con la guerra desapareció aquel universo
n La galería Oriol reúne pinturas y obra sobre papel de distintas épocas de Pablo Picasso y Joan Miró, mientras la sala Parés presenta un recorrido por la trayectoria
de un pintor que no sólo fue el cronista del Eixample
diano e inmediato es el protagonista de la trayectoria de Josep Roca-Sastre (Ter-rassa, 1929-Barcelona, 1997), conocido sobre todo por sus interiores de pisos del Eixample, particularmente los suelos y pasillos de su última etapa. La exposi-ción homenaje que le dedica la sala Pa-
que hizo del hábito de la tertulia una manifestación cul-tural de primer orden y en el que Pujols brilló con luz propia, y que le garantizó durante una veintena de años una constante presencia ciudadana. Luego la academia no le escatimó censuras. Para Joaquim Molas sólo fue “un propietario rural que vivía de renta y que canaliza-ba su actividad hacia la vida frívola”. Joan-Lluís Mar-
OLGA SPIEGEL
BARCELONA. – Picasso y Miró parti-ciparon en la primera exposición surrea-lista celebrada en la galería Pierre de Pa-rís en 1925 y en vida, además de la amis-tad que sostuvieron, coincidieron en di-versas muestras. Si el cubismo picassia-no influyó en Miró, en otro momento el surrealismo del catalán halló eco en la
pintura de Picasso. Ahora los dos artistas comparten nuevamente una exposición, donde se pueden ver obras de distintas épocas.
La selección de Picasso ofrece pinturas y dibujos comprendidos entre finales del siglo XIX y 1970. Destaca, por su importancia histó-rica, según observa Victoria Com-balía en el catálogo, el original –un dibujo con acuarela, tinta y lápiz– para el conocido Menú de Els Qua-tre Gats (1898-1899), del que el Museu Picasso conserva uno im-preso al que el artista añadió va-rios croquis a lápiz. La etapa cubis-ta está representada por el dibujo a lápiz Femme à la guitarre assise
(1914). El artista recurrirá a ese
lenguaje de diversas formas a lo largo de su trayectoria. El gouache Couple assise sur un banc (1943) de imbricadas for-mas geométricas y vivos colores es un ejemplo, como Faunes et femmes (1943) lo es de su vuelta a su dibujo lineal para obras tridimensionales de finales de los veinte. Jeune garçon y Buste d'homme, ambas de los sesenta, muestran su capa-cidad de expresión con pocos trazos y co-lores vivos.
Un pequeño óleo de 1927 abre la selec-ción de Miró. En él aparecen, sobre un fondo azul, algunos signos suyos caracte-rísticos como las estrellas, una llama y un árbol. De rotunda presencia en su su-tileza lineal es su Figura (1930), un dibu-jo biomórfico hecho para un libro de J.V. Foix sobre el surrealismo que no lle-gó a realizarse. Uno de los momentos mi-ronianos felices es el gouache y tinta La
paix (1950). Se incluyen también algu-nas de sus obras nocturnas, fondos ne-gros y oscuros sobre los que flotan for-mas y signos de vivos colores o Composi-ción V (1977), donde pinceladas, man-chas, goteo y otros accidentes alumbran una gran expresividad sobre el soporte de madera. Galería Oriol. Provença, 264. Hasta el 10 de enero.
JOSEP ROCA-SASTRE. El entorno coti-
rés, su galería durante 35 años, y el libro
Roca-Sastre: una vindicació del realis-me, un ensayo de Oriol Pi de Cabanyes coeditado por Caixa de Terrassa y Lunwerg, muestran cómo llegó a ellos es-te pintor perteneciente a una familia de ilustres juristas, abogado de formación, y nieto del arquitecto modernista ega-rense Lluís Muncunill.
Autorretrat a Granyena (1948), la
obra que abre la exposición, mues-tra al artista a los 19 años como un pintor de planteamientos comple-jos en sus encuadres y perspecti-vas y avanza algunos motivos recu-rrentes en su pintura como el sue-lo. Poco después investiga el cubis-mo en su versión de La ronda de noche de Rembrandt; pasa por una época de tendencia abstracta hasta que a principios de los sesen-ta vuelve de forma decidida a una figuración influida por el rigor constructivo de Cézanne, Ciutat y el paisaje Llevaneres son ejemplo de esa transición. También pinta bodegones que durante unos años, a raíz de la muerte de Morandi, se inspiraron en los del pintor italia-
no. Otro de sus capítulos son magníficas fachadas de edificios modernistas del Eixample, que alternará con los interio-res, esos rincones íntimos con cortinas primorosas, mesas y objetos bañados por la luz, siempre tan importante en su obra, como los empastes matéricos, sin olvidar la singularidad de sus composi-ciones, como innovadora de la tradición realista fue su trayectoria. Sala Parés. Petritxol, 5. Hasta el 10 de enero.c
fany todavía apretó más las tuercas y, aun concediendo que “no era ningún asno”, si siquiera “el primero de los cantamañanas”, lo definió como “un hereu rico y des-ocupado con aficiones literarias” que no era “més que un plaga de casino”. Significan estas descalificaciones que el escritor ha sido descabalgado por el personaje que protagonizara un sinfín de anécdotas y que lo colo-ca entre aquellos otros tipos pintorescos que adornaban la vida barcelonesa como Pompeu Gener o Albert Lla-nas. Me adhiero a Enric Cassany, que ve en eso una re-ducción exagerada. Por otro lado, no renunciaría a sos-pechar que Pujols pensara que las anécdotas no dejaban de ser una forma tan peculiar como eficaz de pedagogía.
Sin duda por ese descrédito académico, se explica que el centenario de la publicación de su único poema-rio, el Llibre que conté les poesies d'en Francesc Pujols, aparecido en 1904, haya pasado sin pena ni gloria, por más que circulen rumores, al parecer fundados, de que próximamente este volumen va a reeditarse. Y parece ser que aquella novela extravagante y de una comicidad espectacular que responde por El nuevo Pascual o la prostitución, y que muy pocos hemos leído, también ha de encontrarse pronto en las librerías. El poeta Pujols, después de concursar con éxito en los Jocs Florals de 1903, fue presentado en sociedad por Joan Maragall, que había visto en él al joven discípulo que llevaba a cabo, con alguna imperfección, eso sí, los principios es-téticos contenidos en su Elogi de la paraula.
Todo el mundo está de acuerdo, sin embargo, en que Pujols se distanciaba por la vía de la parodia de las
ideas que aparentaba abrazar. Es el Pujols que narrando pasiona-les arrebatos líricos, cuenta que se sienta a los pies de su amada bajo la copa de un ár-bol y exclama: “¡Que bé que hi estic, hermo-sa! Guaito enlaire / i abans de veure la ver-dor del sostre / te veig els pits, que et broten
ufanosos!”. Es también el Pujols que bajo el pretexto de
Seis museos españoles firman un acuerdo con el MoMA
tadounidenses en el pacto son el Whit-ney, Cooper Hewitt, Museo del Barrio, Bronx Museum of Art y Studio Mu-seum of Harlem.
España es el primer país en efectuar esta clase de colaboración con el Mo-MA, dijeron los organizadores del con-
elaborar una poesía de carácter popular descubre que en la lógica de ciertos recursos se halla una fábrica inago-table de nonsense apenas disimulada por el disfraz de la ingenuidad. O el que inyecta en medio de una estampa bucólica una opinión común o una frase hecha que re-sultan de un humorismo contundente: “Dinarem a sota un arbre/ el que més bona ombra fa: / enyorarem dinar
ANDY ROBINSON
Corresponsal
NUEVA YORK. – Dos semanas des-pués de la inauguración del nuevo Mo-MA, seis museos españoles anunciaron ayer en Nueva York un acuerdo de cola-boración con el gran centro neoyorqui-no en proyectos de educación. El progra-ma Open Exchange consistirá en seis se-
minarios de formación realizados por medio de videoconferencias en los que los directores de educación de los mu-seos participantes compartirán sus expe-riencias y conocimientos. Los seis mu-seos españoles participantes son Reina Sofía, IVAM, CaixaForum, Artium, Fundació Joan i Pilar Miró de Palma y Centro Galego de Arte Contemporánea. Aparte del MoMA, los participantes es-
venio. “Podría ser un prototipo para otros acuerdos”, afirmó Deborah Schwartz, coordinadora del programa.
Casi 20.000 personas visitaron el Mo-MA el día de su reapertura, durante el cual la entrada fue libre. Desde enton-ces, el número de visitantes ha disminui-do. Fuentes del museo declararon que en dos semanas “han venido decenas de miles de espectadores”.c
воскресенье, 25 мая 2014 г.
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